Sobre el funcionamiento la Junta Directiva (y más)

Estimados miembros de la Junta Directiva:

Queremos hacer una reflexión personal, a modo de llamada de atención. Como todos sabemos, nuestro (de todos) principal cometido como gestores del Club es el de realizar una tarea voluntaria y desinteresada para intentar que el CCM siga adelante en su labor de difusión de los Capris entre la afición.

Insistimos en que es algo voluntario, y por ello, no obliga a nadie a realizar un trabajo sin querer hacerlo. Pero una vez aceptado el cometido, se adquiere un compromiso de colaboración y de aportación en la medida de las posibilidades de cada cual.

Creemos que no se está cumpliendo este punto en algunos casos, ya sea por desinterés, o bien por excesivo interés. Las reuniones que de manera mensual procuramos realizar a nivel de Junta Directiva, por poner el ejemplo más claro, sirven para que una parte de los que acuden a ellas aporten sus ideas, discutan y valoren lo ya hecho o lo futuro por hacer. Sin embargo, otra parte permanece en un segundo plano, bien sea por su aceptación generalizada a lo que se propone, bien porque (en apariencia) se limitan a recoger ideas para aplicarlas en otros lugares.

No hay nada malo (o en efecto lo hay, esa es la gran incógnita) en no aportar ideas, pero es poco ético mantenerse en esa actitud de pasividad, mientras que se copian las iniciativas de los demás, llegando incluso a plagiar textos desarrollados para el CCM (con mucho esfuerzo invertido por parte de quien los redacta), especialmente, cuando esos textos plagiados se complementan con buenas ideas, eliminándose de ellos lo incorrecto. Si se copian y mejoran para otros cometidos (también automovilísticos), ¿por qué no revierten esas ideas en beneficio del CCM? Nos atrevemos a pensar que por poco o nulo interés con nuestro proyecto.

Se puede ser Simpatizante, Socio y Miembro de la Junta Directiva del CCM. Pero en el tercer caso, se ‘adquieren’ unos compromisos no escritos, como decíamos antes, que vinculan muy especialmente a la persona con el Club. Si no se cumplen, no se puede seguir siendo gestor con pleno derecho.

Igualmente sucede con la contradicción de ser miembro de la Junta Directiva o Delegado Provincial y Simpatizante a la vez. Es mejor dejar el compromiso, de manera voluntaria, y no exhibir una situación que falta al respeto del resto que se ha comprometido en firme con el Club, siendo Junta y Socio al mismo tiempo.

Efectivamente, no especifica en ningún lugar que, para pertenecer a la Junta Directiva, haya que ser obligatoriamente Socio. Pero es algo que, consideramos, cae por su propio peso. Por todo ello, creemos que es de ley el que recapacitemos, y volvamos a rehacer la Junta Directiva.

Creímos en un proyecto de diversificación de tareas, y de ser muchos para aportar mucho, pero no ha funcionado, por lo que sugerimos el volver a ser pocos pero efectivos. Lamentamos tener que poner punto muerto durante un tiempo (‘retroceder nunca, ni para coger carrerilla’), y plantear una Junta pequeña pero eficaz. Entendemos que puede llegar a ser una cuestión de confianza, pero después de 15 años de muchos de nosotros al pie del cañón, resultaría absurdo llegar a pensar que quisiéramos con ello manipular a nuestro antojo, o perjudicar al CCM.

Proponemos que en la próxima reunión se debata esta reflexión que planteamos en conjunto, que dejamos por escrito para que se medite con tranquilidad, se repase, y se opine sobre ella para que se someta a votación. Insistimos por última vez en lo mucho que lamentamos llegar a esta conclusión y a este punto, pero ahora estamos gestionando con esfuerzo añadido no sólo un Club, sino un aporte económico desinteresado de unos pocos, y la ilusión de muchos puesta en nuestras manos.

Y no se puede hacer si de una cuerda de la que deberíamos tirar 16 personas, algunas van sólo cogidas y otras no paran de pensar en la parte de ella que se pueden llevar a casa.

Un cordial saludo,

Alberto Ferreras y José María Montero